sistema represivo invisible

  Las actuales armas electrónicas permiten controlar de forma indetectable al común de los ciudadanos: cámaras de visión a través de paredes, sistemas de seguimiento, etc.  Tales armas, unidas a las de disparos de energía dirigida, pueden provocar en el individuo perjuicio para su salud física y siquica. Si se prolongan en el tiempo es una forma de tortura, producen enfermedades derivadas, incluso la muerte.



  Antiguamente la inquisición sometía a los ciudadanos a una represión explícita que podía ser llevada más o menos en secreto; hoy en día mediante las nuevas tecnologías se puede llevar a cabo un sistema represivo similar de forma invisible: las victimas no sabrán de dónde viene el ataque, ni quien lo hace, ni la naturaleza del mismo. Y no se podrá denunciar el hecho, oficialmente no existe tal represión.



  Pero los testimonios de muchos ciudadanos de todo el mundo lo ponen de manifiesto. Yo mismo denuncio que soy víctima de ataques con energía dirigida, especialmente durante las horas de sueño. Cuando lo denuncié en la comisaría no me hicieron el más mínimo caso; los médicos dicen que no saben nada; la gente no termina de creérselo. No tengo más que sospechas infundadas sobre los autores.




  Se de otros más que como yo están siendo torturados;  vuelvo a pedir al lector que se informe sobre el tema del acoso sicotrónico y control mental, dado el secretismo con que se lleva a cabo.